Hola, soy Claudia y quiero contarles como descubrí mi gusto por las mujeres. Sucedió cuando cursaba mi primer semestre en la U, siempre he sido buena para el inglés, tuve las mejores notas en el cole, y durante toda mi carrera se veía inglés. Eso fue lo que me acercó a Vanessa, pues a pesar de ser una buena estudiante, le era muy difícil el inglés, por esto me pidió que le ayudara para poderla pasar, yo acepté pues me parecía una chica muy agradable y muy bonita, aunque aun no había descubierto esa parte de mí...
Llegúe a su apartamento como habíamos quedado, ella lucía preciosa, me saludó con un beso en la mejilla y me dijo que estaba muy bonita, seguimos a la sala, quieres tomar jugo? - Me preguntó, - gracias, respondí... Luego de charlar un rato sobre las otras materias, empezamos a estudiar lo que nos correspondía, yo le explicaba despacio, le repetía, tenía toda la paciencia con ella, pero notaba que me miraba de una manera extraña, enigmática, me ponía nerviosa... De pronto se paró del sofá donde estábamos y sin saber en que momento me dio un suave beso en la boca... Yo me quedé sorprendida, mas no molesta, no me explicaba el por qué hacía eso esta pequeña traviesa... - Ven, acompáñame, quiero mostrarte algo - Dijo con voz insinuante y tomándome suavemente la mano. Sin saber por qué la seguí, aun no salía de mi asombro por lo del beso, pero no podía resistirme a seguirla, entramos a su cuarto, cerró la puerta y mirándome fijamente me dijo con su suave voz: Tu me gustas mucho Claudia, no puedo resistirme a tus encantos... Pero Vane, yo nunca he tenido nada con una mujer, eres una chica muy linda, pero no sé si debamos... Cállate tontis, me dijo poniendo suavemente su dedo en mis labios - Déjame enseñarte lo que es rico... Diciendo esto, me cogió suavemente por la cintura y sus labios besaron los míos delicada y sensualmente, yo sentí un corrientazo de placer de pies a cabeza, algo que nunca había sentido antes.
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| Cállate tontis, déjame enseñarte lo que es rico... |
Nuestro beso se tornaba cada vez mas apasionado, me arrastró suavemente hacia la cama, se me soltó por un momento para decirme que le gusté desde que me vio por primera vez en el salón, que no sabía como acercarseme, que fantaseaba conmigo todo el día, me hacía sentir especial diciéndome esas cosas.... La tomé nuevamente por la cintura, la apreté contra mi cuerpo y pegué mis labios con los suyos en un apasionado beso...
Se bajó la blusa y sacó sus bellos senos, no tenía brassieres puestos, y sin pensarlo dos veces pegué mis labios de su rosado pezón, era un magnetismo irresistible el que me jalaba a hacer semejante cosa, algo que jamas pensé que fuera a hacer, y lo mas curioso era que lo estaba disfrutando como loca, sus pezones sabían delicioso, algo indescriptible, un manjar que nunca antes había probado, entre mas los saboreaba mas quería, eran adictivos...
Ayyy, preciosa, que rico me haces sentir... - Gemía Vanessa de placer con mis caricias en sus pezones. Yo no decía nada, solo pensaba en chupar, en saborear esos hermosos senos, estaba como loca, fuera de mí, en mis cabales no hubiera sido capaz de hacer semejante cosa, era como si una lujuria irresistible se hubiera apoderado de mi mente...
Estuvimos así por un buen rato, yo pasaba de un seno al otro, saboreándonos a plenitud, hasta que ella se me soltó, me bajó la blusa y agarró mis pechos por su cuenta, su lengua era una locura, cuando la pasaba por mis pezones sentía que me iba a morir de la dicha, luego los apretaba con sus suaves labios y me hacía perder la cabeza de tanto placer...
Me dejé caer sobre la cama y me entregué por completo a sus placenteras caricias, ella seguía mamando apasionadamente mis senos, mientras con sus manitas traviesas los acariciaba y manoseaba lascivamente, haciéndome sentir oleadas incontrolables de placer. Me parecía increíble que fuera una mujer quien me hiciera gozar tanto...
Nos desnudamos despacito la una a la otra, y mientras lo hacíamos nos dábamos una lluvia interminable de besos, ella saboreaba mi piel y yo la suya, nos decíamos suavemente cuando nos deseábamos, nuestros cuerpos estaban ansiosos de placer, ella quería hacerme suya y yo también la quería toda mía...
Hasta que llegó el gran momento, las dos estábamos desnudas y calientes, dispuestas a gozar al máximo de esta excitante aventura, queríamos llegar juntas al climax, tocar el cielo desnudas y abrazadas...
Yo le acariciaba su suave sexo, mientras ella me besaba y saboreaba mi sudorosa piel...
Ella se montó sobre mí y me llevaba al cielo con sus suaves y apasionados besos... No pares, divina, hazme gozar... - Gritaba yo como loca... Me retorcía de placer ante sus expertas y apasionadas caricias.
Fue bajando suavemente con su traviesa lengüita hasta encontrar mi caliente sexo, y sin pensarlo dos veces lo empezó a devorar sin compasión, me estaba matando de placer esta despiadada mujer... Solo se despegaba de mi cuca por momentos para decirme lo rico que sabía...
Yo me desvanecía de placer ante las excitantes caricias de esa magnífica hembra en mi vagina, sentía que ya no me podía contener, me iba a venir en cualquier momento...
Pero antes de que me pudiera venir me soltó, y me indicó que nos pusiéramos en posición tijera, que sobáramos nuestros sexos uno contra otro, hasta hacerlos echar chispas de delirio y placer, yo la obedecí, pues al fin y al cabo era mi profesora de lesbianismo...
Frotamos nuestras calientes vulvas una contra la otra, eso sí que era excitante, ahora sí que me estaba matando de placer esa bella e insaciable mujer...
Nos besamos apasionadamente mientras nuestros sexos se fundían uno contra el otro, estábamos que ardíamos de pasión, hambrientas la una de la otra, queríamos cada vez mas...
Le pedí poseída de la lujuria que me diera mas lengua hasta hacerme venir, ella presurosa cumplió mi capricho, empezó de nuevo a hacerme sexo oral, el mas delicioso que alguna vez me hubieran dado, y esta vez sí vino lo inevitable, me hizo venir como loca en su bella boquita...
Ooohhhh, Claudia, mamita, dame tu jugo, me lo quiero tomar todito... Gemía mientras me mataba de placer..
Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.... No pares nena, hazme llegar!!! - Gritaba yo como loca mientras chorreaba mis jugos en su boquita...
Mi savia corría toda por su carita de muñeca lujuriosa e insaciable, me sentí desvanecer de placer, sentía que había muerto y llegado al cielo de la mano de este angelito sensual y lascivo, que me había mostrado una nueva cara del sexo, una placentera y nueva forma de disfrutarlo, con una linda y suave mujer...
Después de semejante orgasmo, caí desfallecida de tanto placer, mientras Vanessa me abrazaba y me besaba suavemente la espalda... El descanso fue corto, porque ahora seguía mi turno para devolverle todo el placer a esa diosa del sexo que tanto placer me había dado...
FIN ??? Todo lo contrario...




















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